LIMA, 7 diciembre 2001 (ZENIT.org).- El fomento de los valores éticos y familiares, así como la defensa de los derechos humanos, fueron algunos de los planteamientos que los representantes de la Conferencia Episcopal Peruana expresaron al presidente Alejandro Toledo tras la reunión que sostuvieron, este martes, con miras a establecer un Acuerdo Nacional de Gobernabilidad.
Ante los nuevos planteamientos, el mandatario peruano habló de la necesidad de construir una cultura de vigilancia ciudadana a fin de cautelar los valores y establecer un mínimo nivel de ética. «Valores que deben ser inculcados en las escuelas, en las iglesias y los medios de comunicación», indicó.
«En el tema de la juventud y la familia comparto con ustedes –dijo a los obispos– que debe ser parte de la agenda de concertación, es de vital importancia que entremos en ello», agregó.
A pocos minutos de haber concluido el encuentro con las autoridades del Episcopado Peruano encabezados por su presidente, monseñor Luis Bambarén; Alejandro Toledo señaló que la Iglesia católica tiene la solvencia moral y la experiencia para canalizar los recursos necesarios en los programas de lucha contra la pobreza.
«Nadie más que la Iglesia como institución tiene un banco de experiencia en el manejo de programas de asistencia social productiva, con dignidad», dijo, explicando que gran parte de los 1.800 millones de dólares obtenidos en la Mesa de Cooperación, en Madrid, el 22 de octubre último, se distribuirán a través de la Iglesia.
Monseñor Luis Bambarén agradeció a Toledo la invitación a participar en el diálogo.
«Es importante que todos pensemos en el Perú –dijo el obispo– y no pensar cada uno sólo en sus intereses».
El prelado recordó que en los últimos diez años no sólo se ha producido una crisis política sino una profunda crisis moral. «Tenemos que luchar por la recuperación de los valores morales si queremos una convivencia –subrayó–y una de las instituciones que no puede sufrir y que debemos fortalecer es la familia».
Monseñor Bambarén acudió a la cita en compañía de monseñor Miguel Irizar, secretario general de la Conferencia Episcopal, de monseñor Héctor Miguel Cabrejos y monseñor Jorge Carrión, miembros del Consejo Permanente.
Tras recibir a los miembros de la Conferencia episcopal, Alejandro Toledo se reunió con el presidente del Concilio Evangélico.
