CIUDAD DEL VATICANO, 11 diciembre 2001 (ZENIT.org).- Sólo la justicia y el perdón pueden acabar con «los odios profundos y lacerantes» que desde hace cincuenta años envenenan Tierra Santa, afirma Juan Pablo II en su mensaje para la Jornada Mundial de la Paz.
El pontífice considera que el lema del documento, escrito con motivo del 1 de enero de 2002, «No hay paz sin justicia; no hay justicia sin perdón» tiene particular vigencia para encontrar una solución definitiva al conflicto árabe-israelí.
«El continuo recurso a actos terroristas o de guerra, que agravan para todos la situación y obscurecen las perspectivas, tiene que dar paso finalmente a una negociación decisiva», asegura el Papa.
«Los derechos y exigencias de cada parte serán tenidos debidamente en cuenta, y regulados de manera ecuánime, siempre y cuando prevalezca en todos la voluntad de justicia y de reconciliación», asegura.
Por último, el Papa Wojtyla dirige de nuevo «una invitación apremiante» a israelíes y palestinos «a esforzarse por llegar a una nueva era de respeto mutuo y de acuerdo constructivo».
