YAKARTA, 19 diciembre 2001 (ZENIT.org).- Hombres armados con rifles automáticos asesinaron este miércoles a tiros a nueve cristianos que viajaban en una lancha en la ciudad indonesia de Ambon desgarrada por la violencia, el suceso constituye un signo amenazador para las celebraciones navideñas.
El portavoz de la policía local Marthens Alfons declaró que otras dos personas fueron heridas en al ataque al amanecer, cuando los pistoleros no identificados acercaron su lancha rápida a la embarcación de las víctimas en las aguas cercanas a la ciudad de la costa oriental, en las islas Molucas.
«Una lancha rápida que transportaba 11 pasajeros fue tiroteada por un grupo de hombres no identificados. Nueve han muerto», dijo Alfons desde Ambon a 2.300 kilómetros al este de Yakarta. Alfons dijo que soldados de la marina trataron de capturar a los pistoleros, pero estos escaparon.
Ambon y otras partes de las Molucas han sufrido desde 1999 enfrentamientos entre musulmanes y cristianos que han ocasionado miles de muertos y forzado a muchos más a abandonar la región.
«Las víctimas eran cristianos, en su mayoría comerciantes que viajaban con el fin de comprar artículos como carne, pescado y vegetales en el mercado matinal de Ambon para venderlos en sus zonas», dijo Alfons.
Indonesia, el mayor país musulmán del mundo, ha reforzado la seguridad para evitar nuevos episodios de violencia sectaria que estalló la última Navidad, cuando una bomba explotó en varias iglesias y mató a 19 personas en todo el país.
La reciente violencia en Ambon tiene lugar después de que se constataran nuevos enfrentamientos en entre comunidades cristianas y musulmanas en torno a la ciudad de Poso en la provincia de Célebes Central, también al este del país.
Ambas áreas se habían mantenido relativamente pacíficas hasta hace poco. Conversaciones de paz incluyendo a las partes en conflicto se iniciaron en Poso hoy miércoles.
Otras regiones de Indonesia han sido golpeadas por una ola de derramamiento de sangre étnico y religioso desde que acabó el régimen autocrático de Suharto en 1998. En muchos casos, las autoridades se han visto impotentes para restaurar la paz.