JERUSALÉN, 22 enero 2001 (ZENIT.org).- Del 21 al 24 de enero obispos de Europa y Norteamérica se encuentran reunidos en Jerusalén para estudiar la manera en que las comunidades católicas pueden ayudar a los cristianos en Tierra Santa.
El encuentro ha sido convocado por el patriarca latino de Jerusalén, Michel Sabbah, después de la cita de líderes católicos del mundo que Juan Pablo II convocó en el Vaticano el 13 de diciembre sobre «El futuro de los cristianos en Tierra Santa».
«Los cristianos palestinos ahora no son más que el 2 por ciento de la población en Israel y en los territorios palestinos, y se da la profunda preocupación de que la emigración, como resultado de los importantes problemas económicos y de la falta de seguridad causada por la ocupación israelí y la Intifida, siga haciendo disminuir la presencia de la comunidad cristiana en Tierra Santa», explica un comunicado de prensa emanado por el patriarcado.
Diez obispos de Canadá, Estados Unidos, Inglaterra y Gales, Alemania, Francia, Italia, Suiza y Escandinavia están discutiendo en estos días con el Su Beatitud Sabbah y los líderes de otras Iglesias locales sobre la situación de los cristianos en la región y los medios que pueden adoptar para apoyar a las iglesias en Tierra Santa.
«Afrontarán también la contribución que los católicos occidentales pueden ofrecer para alcanzar una justa paz entre israelíes y palestinos. Al hacerlo, se unirán a los esfuerzos de la Iglesia universal por alcanzar la reconciliación, el final de la violencia y la ocupación», añade el comunicado de prensa.
«El estatuto final de Jerusalén en el marco de un acuerdo israelo-palestino es también una preocupación clave –sigue diciendo el texto–. Los derechos de las tres comunidades religiosas y de los dos pueblos deben ser salvaguardados en la Ciudad Santa».
«Según el punto de vista de la Iglesia, asegurar estos derechos requerirá el que la comunidad internacional quede involucrada ofreciendo garantías especiales», dice el documento.
La delegación internacional está encabezada por los obispos Wilton Gregory y Jacques Berthelet (respectivamente presidentes de las Conferencias Episcopales de Estados Unidos y Canadá), y por el arzobispo Patrick Kelly (vicepresidente de la Conferencia Episcopal de Inglaterra y Gales).
Los prelados se encontrarán con líderes cristianos, tanto eclesiales como laicos, así como con representantes políticos. Visitarán también la Universidad Católica de Belén.