Por el momento sólo se les conoce por el apodo, «El Calvo» y «El Cortico». Según los investigadores, los dos supuestos asesinos del obispo habrían sido reconocidos por algunos testigos presentes en el lugar del crimen, que tuvo lugar fuera de la iglesia del Buen Pastor.
El pasado 27 de marzo había sido capturado por el mismo motivo John Jairo Maturana, sospechoso de ser el jefe de una banda criminal que actúa en el mismo barrio.
El 6 de abril fue asesinado el padre colombiano Juan Ramón Núñez mientras distribuía la Comunión en la iglesia de La Argentina (departamento del Huila). Decenas de sacerdotes han recibido amenazas de muerte.
El presidente de la Conferencia Episcopal monseñor Giraldo Jaramillo ha afirmado: «Es imposible garantizarle seguridad a todos los sacerdotes amenazados del país. El que cada uno tenga una persona al lado las 24 horas del día examinando a cada uno que se acerque no es tarea fácil. Aquí toda la Iglesia es la amenazada».