Según los primeros testimonios, el ataque comenzó a primeras horas de la mañana, en la aldea de Soya. Un grupo de musulmanes, encapuchados, quemaron la Iglesia protestante, unas treinta casas, lanzando granadas.

Los asaltantes penetraron también en las casas de fuego disparando a sus habitantes. Seis cristianos, entre ellos un bebé, murieron víctimas de disparos, mientras que otros seis fallecieron a causa de los incendios. Otros dos desaparecidos parecían haber sido también asesinados.

Los asesinos lanzaron el ataque dos días después de que un grupo Islámico fundamentalista, Laskar Jihad, rechazara el acuerdo de paz de febrero, que había detenido tres años de enfrentamientos entre musulmanes y cristianos, en los que murieron unas nueve mil personas, según la agencia AP.