CIUDAD DEL VATICANO, 16 abril 2002 (ZENIT.org).- Juan Pablo II aceptó este martes la renuncia presentada por el obispo auxiliar de Maguncia (Alemania), monseñor Franziskus Eisenbach, acusado de abusos contra una mujer. El Vaticano aclara que el retiro no implica que el obispo se confiese culpable.
En septiembre de 2000, la catedrática Anne Baeumer-Schleinkofer denunció a Eisenbach ante los tribunales por abuso sexual y daños corporales. El juicio fue sobreseído y el obispo se ha declarado siempre inocente.
Paralelamente la Congregación para la Doctrina de la Fe comenzó una investigación sobre las denuncias.
En un comunicado de prensa, firmado por el cardenal Joseph Ratzinger, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, y por el cardenal Giovanni Battista Re, prefecto de la Congregación para los obispos, se explica este martes que los resultados de la investigación fueron presentados a la asamblea ordinaria de los cardenales de esa Congregación.
«Después de una diligente ponderación de la causa se tomó la en esa asamblea la decisión de pedirle al obispo que renunciara a su ministerio», explica el comunicado.
«El Santo Padre aprobó esa decisión en una audiencia concedida al secretario de la Congregación el 1 de marzo 2002 y el pasado 20 de marzo los prefectos de las congregaciones para la Doctrina de la Fe y para los Obispos transmitieron personalmente a monseñor Eisenbach esta decisión en un coloquio», explican los purpurados
«El hecho de que haya renunciado el obispo de su cargo no se puede interpretar como una confesión de culpa», aclaran Re y Ratzinger, sino que se trata de una decisión «por el bien de la Iglesia y por la claridad de su testimonio».
El obispo de Maguncia y presidente de la Conferencia Episcopal Alemana, Karl Lehmann, lamentó la retirada de monseñor Eisenbach que, dijo, supone una «grave pérdida» para su diócesis.
