Lo ha revelado la agencia misionera Misna, explicando que la situación de las religiosas es dramática desde el inicio del asedio del Ejército de Israel a la Basílica, cuando el 2 de abril más de doscientos palestinos se encerraron con armas en el recinto sagrado.
Las religiosas no pertenecen a la comunidad de las otras cuatro franciscanas que están encerradas en el interior del recinto sagrado de la Basílica.
Las religiosas proceden de Malta, Francia, España, Turquía y Palestina. En su mayoría son ancianas (una de ellas tiene 93 años).
Tienen todavía a su disposición algunos víveres y agua, pero no disponen de energía eléctrica. A causa de las condiciones de inseguridad, las religiosas no pueden salir del convento.