Reunión del Papa con cardenales estadounidenses, «una señal fuerte»

Declaraciones de los purpurados al llegar a Roma

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CIUDAD DEL VATICANO, 22 abril 2002 (ZENIT.org).- Los cardenales estadounidenses han reconocido al llegar a Roma para participar en una reunión sobre abusos sexuales cometidos por sacerdotes de su país, que esperan del encuentro una «señal fuerte» de Juan Pablo II sobre esta «terrible situación».

Acogidos por docenas de periodistas estadounidenses, en particular de reporteros televisivos, que han invadido los alrededores de la plaza de San Pedro del Vaticano, los purpurados han insistido en la necesidad de afrontar con urgencia y gran firmeza el problema.

«El Papa está preocupado por todo lo que está sucediendo», reconoció el cardenal Theodore McCarrick arzobispo de Washington esta mañana en declaraciones a la prensa.

«Creo que estar con él constituye para nosotros una señal fuerte y un signo para nuestra gente de que el Santo Padre, que es el padre común de todos nosotros, va a quedar personalmente involucrado», dijo a los periodistas junto al Vaticano.

El presidente de la Conferencia de los Obispos de Estados Unidos, monseñor Daniel Wilton Gregory, consideró que la Curia romana y los cardenales de Estados Unidos podrán aprender mucho en estos encuentros.

«Esperamos entablar un diálogo fructuoso con ellos (la Curia romana) para estar seguros de que tienen una idea clara de la situación que afrontamos en Estados Unidos y para que nosotros tengamos una idea más de sus preocupaciones», afirmó.

En declaraciones al «Chicago Tribune», el cardenal Francis George, arzobispo de Chicago, ha afirmado que la Iglesia católica tiene que hacer más para responder al escándalo de abusos sexuales y que es necesario distinguir la ficción de la realidad.

«Tiene que haber una confesión», afirmó el cardenal George, pues «es un pecado».

Asimismo, considera que el encuentro servirá para recoger información entre otros cardenales para comprender mejor denuncias justificadas de denuncias falsas.

«Incluso un sólo caso es un escándalo», dijo el cardenal. Pero es un error decir que los casos de abusos sexuales de sacerdotes es «una epidemia que ha sido ignorada durante años».

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ZENIT Staff

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