ROMA, 23 abril 2002 (ZENIT.org).- Los franciscanos de la Basílica de la Natividad de Belén han perdido el último medio que les mantenía en contacto con sus superiores y con el mundo exterior, el teléfono, después de que las autoridades israelíes les cortaran la línea hace más de tres días.
El Gobierno General de la Orden de los Frailes Menores ha llamado varias veces en los últimos días a la embajada de Israel ante la Santa Sede para expresar su «preocupación» por esta medida, pues las condiciones de los religiosos sin agua, alimentos, ni electricidad son dramáticas, según han revelado fuentes de la Curia general franciscana a Zenit.
En días pasados el mismo Juan Pablo II se sirvió del teléfono para hacerles llegar palabras de aliento a los franciscanos, asediados por el Ejército israelí desde el 2 de abril, día en el que irrumpieron en la Basílica de la Natividad más de doscientos palestinos, muchos de ellos armados.
En una conversación telefónica con el embajador israelí ante el Vaticano, Yosef Neville Lamdan, los superiores de los 35 religiosos y 4 religiosas encerrados en Belén recordaron «el heroísmo de los frailes franciscanos durante la segunda guerra mundial».
«Arriesgaron la vida y sus mismas comunidades religiosas para salvar del exterminio a muchos judíos», recordaron los superiores franciscanos.
El domingo, 21 de abril, los superiores la Orden franciscana en Roma pidieron a Nemer Hammad, representante en Italia de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), que «hiciera todo lo posible para que se encuentre inmediatamente una solución pacífica a la crisis.
Los franciscanos recordaron la carta abierta escrita a Yasser Arafat por algunos obispos italianos y alcaldes de ciudades italianas hermanadas con Belén, en la que se ruega al presidente de la ANP que «retire todo obstáculo que pueda impedir la inmediata puesta en marcha de las negociaciones» para la liberación de la Basílica.
