CIUDAD DEL VATICANO, 26 abril 2002 (ZENIT.org).- Juan Pablo II ha invitado a los universitarios católicos «a no avergonzarse nunca del Evangelio» y a anunciarlo en su ambiente sin imposiciones.
A la hora de hablar de Jesús, el pontífice les recomienda «inspirarse en la franqueza clara y humilde de los auténticos testigos de la fe».
«De este modo –explica–, se puede evitar tanto los tonos de la polémica amarga como los riesgos de una especie de complejo de inferioridad, que por desgracia se insinúa en la conciencia de muchos católicos».
Estas palabras del Papa forman parte de un mensaje que escribió este viernes a la Federación de Universitarios Católicos Italianos cuyo Congreso nacional se celebrará en Roma del 30 de abril al 3 de mayo sobre «Solidaridad en la red de las interdependencias».
«Vuestra misión consiste en ser «levadura, sal y luz» del Evangelio en los ambientes de la investigación científica y de la capacitación profesional», les dice a los chicos y chicas universitarios.
«Para lograrlo –añade–, es necesario ante todo cultivar una intensa vida espiritual, alimentada por la escucha de la Palabra de Dios, de la oración asidua, la participación en la liturgia de la Iglesia. Junto al compromiso por el estudio y las actividades asociativas, nunca debe faltar la conciencia de ser sobre todo contemplativos del misterio de Dios».
«Que vuestro testimonio cristiano limpio y gozoso, vivido en cordial comunión con quienes comparten el ideal evangélico también en otras agrupaciones eclesiales, les ayude a todos a encontrarse con Jesús», desea el Papa.
«Sólo Él puede llenar de sentido la vida y ofrecer salvación plena y segura al corazón hambriento de libertad y de auténtica felicidad –concluye–. Sólo en una cultura cristianamente inspirada los auténticos valores humanos pueden encontrar su realización integral».
