CIUDAD DEL VATICANO, 26 abril 2002 (ZENIT.org).- Juan Pablo II considera que la globalización presenta un doble desafío en estos momentos: el rechazo del terrorismo y la violencia; así como la globalización de los derechos de todos los pueblos.

Según el pontífice, «la creciente interdependencia entre los pueblos, si bien requiere el rechazo del terrorismo y de la violencia como vía para reconstruir las condiciones esenciales de justicia y de libertad, exige sobre todo una fuerte solidaridad moral, cultural, económica».

Estos dos requisitos, explicó, pueden sentar las bases de «una organización política de la sociedad internacional que pueda garantizar los derechos de todos los pueblos».

El Santo Padre presenta esta propuesta en un mensaje que escribió este viernes a la Federación de Universitarios Católicos Italianos cuyo Congreso nacional se celebrará en Roma del 30 de abril al 3 de mayo sobre el tema «Solidaridad en la red de las interdependencias».

«La solución al mal del subdesarrollo y de las situaciones dramáticas en que viven y mueren millones de personas es de naturaleza fundamentalmente ética y a le deben corresponder opciones económicas y políticas coherentes», constató.

Según el Papa, la «primera y decisiva contribución al desarrollo auténticamente digno del hombre está representado por el apoyo a programas de educación cultura», pues «el verdadero progreso de la sociedad deriva ante todo de la formación de las conciencias, de la maduración de las mentalidades y costumbres»

«El hombre es el protagonista del desarrollo, no el dinero o la técnica», aclara el mensaje pontificio.

«Ciertamente hay que buscar también la reforma del comercio internacional y del sistema financiero mundial --añade--, pero cada uno está llamado a asumir compromisos decisivos según las propias posibilidades, modificando el propio estilo de vida, para que pueda llegar a un desarrollo justo y solidario, cuyos beneficios sean puestos a disposición de todos».

De hecho, «cooperar con el desarrollo de los pueblos es un imperativo para todos y para cada uno de los hombres y mujeres, para la sociedad y las naciones».