VIENA, 30 abril 2002 (ZENIT.org).- Este domingo Austria rindió homenaje con un funeral solemne a los niños víctimas de los experimentos nazis en el hospital pediátrico «Am Spiegelgrund» de Viena, informa Radio Vaticano.
En la ceremonia, se sepultaron los pequeños ataúdes con restos mortales de dos niños asesinados, en representación de las 789 pequeñas víctimas del hospital, sacrificadas por ser discapacitados físicos o psíquicos.
Durante el Tercer Reich, médicos nazis realizaron crueles experimentos con niños pequeños ingresados en ese tipo de clínicas para después matarlos. Durante casi seis décadas, hasta hace unos meses, los restos de 579 niños y niñas (cerebros, médula, huesos), mantenidos en envases especiales, siguieron siendo utilizados para la investigación médica y neurológica de publicaciones científicas austríacas.
Ante las presiones de familiares de las víctimas y de los supervivientes, finalmente se les ha dado a los pequeños una adecuada sepultura.
Durante el funeral, las urnas de los niños fueron llevadas a una tumba monumental, en la que se puede leer una inscripción: «Nunca lo olviden».
En la ceremonia participaron centenares de personas que llevaban en sus manos fotografías con los rostros de las víctimas.
Según cálculos oficiales, 25 mil personas fueron asesinadas en Austria, entre 1940 y 1945 por el programa nazi de «purificación de la raza aria», que se ensañó principalmente con los niños con dificultades psíquicas o físicas.