Hijo de trabajadores agrícolas, monseñor Barrantes, de 66 años de edad, licenciado en Derecho Canónico, fue ordenado sacerdote en 1961. Fue vicario general en su diócesis, San Isidro de El General, de 1993 a 1998. Juan Pablo II le nombró obispo de Puntarenas el 17 de abril de 1998.

Acostumbrado a visitar a lomo de bestia muchas comunidades rurales durante el ejerció de su ministerio sacerdotal, monseñor Barrantes afirmó en declaraciones a la prensa: «Llego a llamar a una mayor oración y fidelidad al Evangelio; a una mayor comunión con Cristo».

Monseñor Arrieta, de 77 años de edad, había sido nombrado arzobispo de la capital costarricense en 1979, dijo al hacerse pública la noticia: «Me voy agradecido con todos los costarricenes por todas las muestras de cariño. Me consagré a servir lo mejor que pude».

La arquidiócesis de San José de Costa Rica cuenta con 2.762.000 habitantes de los cuales 2.347.623 son católicos. Tiene 127 parroquias, 289 sacerdotes diocesanos y 195 religiosos, 526 religiosas, 95 centros de educación y 90 instituciones de beneficencia.

Juan Pablo II nombró también al sacerdote comboniano italiano Vittorino Girardi como próximo obispo de la diócesis costarricense de Tilarán, en sustitución de monseñor Héctor Morera Vega, quien ha cumplido los 75 años de edad.

Asimismo, el Santo Padre acogió la renuncia del obispo auxiliar de San José, monseñor Antonio Troyo.

Según el Anuario Estadístico de la Iglesia, de los 3.820.000 habitantes de Costa Rica, 3.346 mil son católicos.