Las acusaciones de proselitismo a los católicos en Rusia «son una excusa»

El teólogo ortodoxo Clément comenta las afirmaciones del patriarcado

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ROMA, 16 julio 2002 (ZENIT.org).- Las acusaciones de proselitismo hechas por el patriarcado ortodoxo de Moscú a la Iglesia católica en Rusia son en realidad un excusa para «impedir que la Iglesia Católica se difunda en el país», afirma el teólogo ortodoxo francés, Olivier Clément.

Clément afirma que podrían haberse dado casos de exceso de celo, especialmente en ambientes polacos católicos, pero explica que la reacción ortodoxa se debe sobre todo al hecho de que «actualmente se da un repliegue de Rusia sobre sí misma, a pesar de que se esté recuperando en el ámbito económico y desde el punto de vista psicológico».

«Putin mientras tanto está tratando de reforzar su base popular –explica en una entrevista distribuida por el Servicio de Información Religiosa (SIR) de la Conferencia Episcopal Italiana–. Por esto considera fundamental el apoyo de la Iglesia ortodoxa, con una nostalgia de la Rusia antigua cuando Iglesia y Estado se identificaban».

Según Olivier Clément, la transformación, por parte de la Santa Sede, de las cuatro administraciones apostólicas de Rusia en diócesis representa un obstáculo al diálogo con los ortodoxos.

«Hay que tener presente –explica– que en Rusia se da una relación muy estrecha entre la idea de nación y el papel de la Iglesia. La Iglesia ortodoxa está históricamente muy ligada a la vida de la nación. Por esto la creación de diócesis católicas en el territorio de Rusia es vista por el patriarca de Moscú como una agresión occidental».

Para superar la situación actual, según el teólogo, «hay que esperar otra generación entre los intelectuales cristianos rusos y una renovación del episcopado, que ya se ha iniciado».

«Ciertamente hay personas y grupos abiertos pero el fenómeno sigue siendo bastante marginal –revela–. Por el momento hay que insistir sobre todo sobre el ecumenismo de la amistad, esperando que se renueven las élites intelectuales y el pensamiento cristiano».

«Afortunadamente, los signos de tal renovación empiezan a verse, aunque sigan siendo todavía marginales –reconoce–. Pero no veo a corto plazo muchas posibilidades para un diálogo entre católicos y ortodoxos en Rusia a nivel oficial».

Clément invita también a considerar otro aspecto histórico: «El catolicismo no ha conocido la opresión totalitaria como la Ortodoxia rusa, que le produce un sentimiento de inferioridad y de superioridad al mismo tiempo».

«El catolicismo occidental es percibido como más inteligente, más culto, más seductor y por ello también más susceptible de atraer muchas más personas, especialmente a los intelectuales, si se lo deja afirmarse en Rusia –concluye–. La Iglesia Ortodoxa quiere evitar que esto suceda».

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ZENIT Staff

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