MADRID, 21 julio 2002 (ZENIT.org).- La 55 Semana Española de Misionología, que se celebró en Burgos entre los días 8 y 12 de julio, bajo el título «Nuevos cristianos y nuevas funciones ante nuevas situaciones misioneras» se ha dedicado a analizar y estimular la labor de los laicos misioneros, informa la Oficina de Información de la Conferencia Episcopal Española.
A lo largo de este encuentro se han puesto de relieve dos aspectos: la base bautismal del compromiso misionero de cara a proponer la peculiaridad cristiana y la constatación de que las realidades culturales de la actualidad deben servir como escenario y plataforma del testimonio misionero.
Esta Semana Misional, en la que han participado y han estado representadas las principales instituciones misioneras de España, fue inaugurada por el arzobispo de Burgos, monseñor Francisco Gil Hellín, que pronunció la conferencia de apertura sobre «La familia en la evangelización del mundo», y monseñor Carlos Amigo Vallejo, arzobispo de Sevilla y presidente de la Comisión Episcopal de Misiones, que presidió la concelebración de apertura.
Las distintas intervenciones intentaron conjugar perspectivas diversas, con amplia participación de laicos: se consideró el aspecto teológico y espiritual --Eloy Bueno y Juan Esquerda--; el análisis de las actuales realidades socioculturales --Rafael Serrano y Carlos García de Andoni--; la realidad asociativa --Dolores Golmayo y Fernando Vidal--; la experiencia concreta del laico misionero --Juan José Estévez y diversos paneles de experiencias--; así como las nuevas posibilidades abiertas para la animación misionera y el ejercicio concreto de la acción misionera --José Valdavida, José María Medina, José Francisco Serrano y Rafael Janín--.
Un momento destacado lo constituyó la presentación del proyecto del Congreso Nacional de Misiones que se celebrará en Burgos en septiembre de 2003, dentro de las acciones más significativas del Plan Pastoral de la Conferencia Episcopal Española para el próximo trienio.
Monseñor Carlos Amigo explicó las motivaciones y la estructura del Congreso, tras las consultas realizadas en diversos ámbitos eclesiales y misioneros. Bajo el lema «Es la hora de la misión», se pretende fomentar el sentido y la urgencia de la misión «ad gentes», así como la inserción de la dimensión misionera en los planes pastorales de las diócesis. Se intenta, además, que el Congreso sea la culminación de un proceso de reflexión y mentalización que se realizará en toda España a lo largo del próximo año.
Entre las conclusiones del encuentro, se subrayó que la dimensión evangelizadora de alcance universal debe acompañar la acción de los laicos tanto en el seno de la vida eclesial como en sus actividades profesionales en los diversos campos de la vida humana.
Fue común la insistencia en la actitud positiva ante los nuevos movimientos sociales y ante las nuevas realidades culturales. En este sentido, los medios de comunicación social, la presencia pública en el campo de la política, la cooperación al desarrollo fueron considerados como plataformas evangelizadoras privilegiadas, valoradas siempre a la luz de la Doctrina Social de la Iglesia.
La animación misionera, indicaron los participantes en las conclusiones, debe adquirir una mayor consistencia y perspectiva, sobre todo, en referencia a la comunidad concreta. Ha de ser ésta la responsable última de la acción misionera.
La animación ha de estimular y acompañar la acción de los misioneros. Se pidió por ello una revitalización del ministerio del animador misionero y la creación de delegaciones de evangelización de carácter diocesano. Una constatación positiva y alentadora fue la consolidación de diversas organizaciones laicales de carácter misionero, como lo muestra la existencia de una coordinadora a nivel nacional, que viene trabajando desde hace años en la creación de espacios de encuentro y de comunión.
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Jul 21, 2002 00:00