CIUDAD DE MÉXICO, 23 julio 2002 (ZENIT.org).- Las autoridades han confirmado que durante la visita de Juan Pablo II a la Ciudad de México no se permitirá que grupos con demandas sociales ajenas al ámbito religioso intenten manifestarse obstruyendo el paso del Santo Padre por las calles de la ciudad.
El subsecretario de Gobierno del DF, Alejandro Encinas, ha hecho un llamamiento a los grupos inconformes u opositores a la visita papal para que respeten a los fieles que desean presenciar la visita de Juan Pablo II.
«Habrá una gran manifestación, que es la de los peregrinos –constató el funcionario–. Esa es la movilización principal, y esperamos que haya sensibilidad en los grupos para respetar el evento que representa la visita del Santo Padre y para buscar la solución de cada problema en su ámbito».
«No veo por qué un evento de carácter religioso tenga que vincularse con problemas de carácter político. Evidentemente será tal el nivel de concentración en algunas zonas de la ciudad que incluso las propias marchas se pueden dificultar. Aquí hay que llamar a la conciencia, a la colaboración y a la sensibilidad de todos», expresó Encinas.
El responsable señaló igualmente que la administración capitalina está lista y en condiciones de hacer frente a cualquier intento de manifestación al paso de la comitiva, incluyendo el uso de la fuerza.
Según se ha dado a conocer, en la última visita del Papa a la Ciudad de México hubo un cambio de ruta de última hora debido a que un grupo de simpatizantes del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) intentaba obstaculizar el paso de la comitiva papal.
