Guatemala: Moratoria de la pena de muerte a petición del Papa

El presidente Portillo toma la decisión tras recibir una carta pontificia

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CIUDAD DE GUATEMALA, 28 julio 2002 (ZENIT.org).- El presidente de Guatemala ha anunciado una moratoria de la pena de muerte en los meses que le quedan de gobierno, en respuesta a una petición de Juan Pablo II, quien visitará su país entre el 29 y el 30 de julio.

En declaraciones públicas pronunciadas este sábado, el presidente Alfonso Portillo anunció que la próxima semana enviará al Congreso de la República una iniciativa de ley para derogar la pena capital en el país.

Portillo dijo que tomó ambas decisiones en respuesta a una carta que le envió el Papa, en la que le solicita «una moratoria» en la aplicación de la pena de muerte. La misiva le había sido entregada el viernes por el nuncio apostólico, el arzobispo Ramiro Moliner Inglés.

«Fue un mensaje de razonamiento, de carácter moral, ético, religioso y magnánimo, que hacía votos por la paz», reveló el mandatario.

La carta, agregó, «me hablaba de las penas de muerte que están pendientes y me explicaba que un buen mensaje de paz y perdón al mundo sería dar una moratoria de la pena de muerte».

Después de reflexionar sobre el contenido del mensaje de Juan Pablo II, el mandatario decidió que «no habrá ninguna ejecución más» durante su gobierno. El presidente reconoció que toma esta decisión a pesar de que es consciente de que esta medida le traerán críticas de diversos sectores.

Hasta la fecha, 36 reos deberían ser ejecutados en Guatemala, aunque cinco de ellos se fugaron el 17 de junio del 2001 de la cárcel de Alta Seguridad, en Escuintla.

Los últimos condenados que recibieron la inyección letal en Guatemala fueron Luis Amílcar Cetino Pérez y Tomás Cerrate Hernández, el 29 de junio del 2000. El 10 de febrero de 1998 Manuel Martínez Coronado fue el primero en ser ejecutado por inyección letal, ya que en 1996 se modificó la ley, que ordenaba fusilamiento.

Durante la primera visita a Guatemala, en 1983, el antiguo general y dictador Efraín Ríos Montt, había ignorado la petición del Papa de perdonar la vida a seis detenidos condenados a la pena capital.

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ZENIT Staff

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