Según el cardenal Vlk, tan sólo en la diócesis de Praga, 30 iglesias parroquiales, monasterios y otros edificios eclesiásticos han sido destrozados o han quedado seriamente dañados por las inundaciones.
En particular, informó que la escuela dirigida por religiosas salesianas en un barrio pobre de Praga ha quedado totalmente destruida.
El cardenal Vlk ha formado un equipo especial de sacerdotes para que ayuden las durante las 24 horas del día a las víctimas de las inundaciones.