CIUDAD DEL VATICANO, 30 septiembre 2002 ( HREF="http://www.zenit.org/">ZENIT.org).- Juan Pablo II ha pedido a los obispos que promuevan un «sano ecumenismo», un auténtico diálogo con los cristianos de las demás confesiones que no hace concesiones a la verdad.

El pontífice hizo su llamamiento este sábado al recibir a un grupo de obispos brasileños del nordeste del país (las sedes metropolitanas de Olinda-Recife, Paraíba, Maceió y Natal y de las diócesis sufragáneas) que concluían su visita quinquenal «ad limina» al Vaticano.

El Papa pidió a los prelados de ese país, que cuenta con el mayor número de católicos del mundo, pero en el que se da también un gran crecimiento de comunidades cristianas, en ocasiones de corte fundamentalista, fidelidad al magisterio de la Iglesia.

Según el Anuario Estadístico de la Iglesia Católica, de los casi 168 millones de habitantes de Brasil en el año 2000, casi 144 millones eran católicos.

Con el deseo de apoyar los esfuerzos de los obispos «para fijar las bases de un sano ecumenismo», el obispo de Roma recordó las indicaciones del «Directorio para el Ecumenismo», publicado por el Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, en que se afirma que «la diversidad es una dimensión de la catolicidad».

Ahora bien, aclaro, «esto no debe llevar a un cierto indiferentismo que ponga al mismo nivel, por un falso irenismo, todas las opiniones».

«Espero que el esfuerzo de las comunidades cristianas por alcanzar la tan suspirada unidad esté siempre fundado en la verdad», afirmó.

Al mismo tiempo, explicó que «No puede haber incompatibilidad entre la afirmación de una adhesión incondicionada a la Verdad de Jesucristo y el respeto a las conciencias».

«Si la religión no es solamente una cuestión de conciencia, sino también de libre adhesión a la Verdad, que puede o no ser acogida, no se puede transigir en su contenido. Por eso, es preciso ilustrarla, sin descuidar los elementos contenidos en los datos revelados», afirmó.

«De este modo --insistió--, se entiende la importancia de vuestro empeño para que haya formadores capaces de garantizar máxima fidelidad a la enseñanza teológica».

El Papa afirmó que «el mejor servicio prestado a la causa del ecumenismo lo ofrecerán cuando en la catequesis para los adultos o para los jóvenes, proporcionen una profunda educación a la libertad».

«El cristiano, cuando vive íntegramente su fe, es un polo de atracción, inspira confianza y respeto; jamás impone sus convicciones religiosas, sino que sabe transmitir la verdad sin decepcionar a los que confían en él. Transige con las personas, sin transigir nunca con el error», aseguró.

El Papa, en el encuentro, confesó que cuenta con los obispos brasileños, en «espiritualidad de comunión y de fidelidad a la sede de Pedro».

«La integridad de la fe, junto con la disciplina eclesial, es y será siempre un tema que exigirá atención y esmero por parte de todos, sobre todo cuando se trata de saber discernir que existe "una sola fe y un solo bautismo"».