ROMA, 26 agosto 2002 (ZENIT.org).- Un libro de fotografías pretende reconstruir el auténtico perfil histórico de Pío XII, el obispo de Roma que guió la Iglesia católica en el difícil período de la segunda guerra mundial.

El volumen, acaba de ser publicado en Italia y Estados Unidos por la Editorial Vaticana con el título «Pío XII a través de las imágenes».

Su autora, sor Margherita Marchione, que ya ha superado los ochenta años, es profesora emérita de Letras y Literatura Italiana en la Fairleigh Dickinson University de Madison (Nueva York). Conocida en el mundo entero pos sus libros --ha publicado más de cuarenta--, en esta entrevista concedida a Zenit explica su compromiso «de promover la verdad sobre el Papa Pío XII».

--¿Por qué hacer un libro fotográfico sobre Pío XII?

--Sor Marchione: Hace un año me vino la idea de publicar un libro fotográfico para combatir ideas erróneas e injustas sobre Pío XII. Además, quería hacer comprender que algunos escritores se equivocan al decir que el Papa sólo buscaba salvar a los judíos convertidos, que no había documentación sobre las directivas a los superiores de los monasterios y conventos para que abrieran las puertas a los judíos, y que el Papa sólo quería proteger los intereses de la Iglesia católica. Con este libro, los lectores tendrán la posibilidad de darse cuenta de los dones personales que Pío XII ha ofrecido a la Iglesia y a la humanidad. Para admirar y reconocer su humanidad y santidad, basta leer las anécdotas que se narran en este volumen, en el que se publican documentos públicos que atestiguan su profundo compromiso a favor de los pobres, los enfermos y los afligidos, y en especial por todos aquellos que sufrieron durante la guerra.

--Las imágenes del libro presentan a un Papa Eugenio Pacelli sumamente diferente al que describen algunos libros. Un Papa alegre y vivaz, sumamente atento a las personas, informal. En la reciente película de Constantin Costa-Gavras, «Amén», el Papa aparece como sumamente frío, alejado, introvertido...

--Sor Marchione: Bastaría leer la descripción del cardenal Richard Cushing de Boston para desmentir lo que dicen algunos medios de comunicación: «Teólogo, canonista, estudioso, lingüista, estadista, diplomático, todo esto era Pío XII. Por todo esto ha sido celebrado. Pero por encima de todo ha sido un pastor entregado a su rebaño de almas, a los pobres de la Iglesia y a la gloria de Dios».

--Usted estudia desde hace años la figura del Papa Pacelli, ¿qué idea se hace de él?

--Sor Marchione: Comencé este estudio en 1995, cuando supe que las religiosas de mi congregación religiosa --las Maestras Pías Filippini salvaron en Roma a 114 judíos. Estoy convencida de que el Papa Pacelli es un santo. Cuando murió, el padre Pío lo vio en el paraíso en una visión. Hago referencia a la misma en la Nota 36 de ese libro en inglés.

--El Papa Pacelli, sin embargo, es motivo de polémica. ¿Por qué?

--Sor Marchione: Las polémicas se dan al alterarse el significado de sus palabras, pues no se consultan los documentos originales.

--¿Cuál es su opinión sobre el papel de Pío XII durante la segunda guerra mundial?

--Sor Marchione: Para cubrir las faltas de los demás líderes y de los mismos judíos que hicieron muy poco por ayudar a las víctimas, Pío XII se ha convertido en una auténtica víctima del Holocausto. En general, los históricos más comprometidos dicen que el fracaso y la falta de éxito no disminuyen el mérito de Pío XII. Estoy de acuerdo con el rabino Pinchas Lapide, quien escribió: «Incapaz de curar la enfermedad de toda una civilización y de tolerar la embestida de la locura de Hitler, el Papa, a diferencia de tantos poderosos, trató de aliviar, mitigar, reparar, pronunciarse, pedir, salvar como mejor pudo por sí solo». Además, tenemos que recordar que ningún pontífice como Pío XII ha recibido nunca tantas manifestaciones de gratitud y afecto por parte de la comunidad judía mundial.

Hay que recordar las palabras del mismo Pío XII (13 de junio de 1943): «La Iglesia no tiene miedo de la luz de la verdad, ni por lo que se refiere al pasado, al presente o al futuro». Se pueden escuchar estas palabras en un programa de Radio Vaticano que tengo en mi posesión.