BERLÍN, 10 diciembre 2002 (ZENIT.org).- Lamentando la utilización de la «verdad de la Navidad en una sola dirección», o sea, «la del consumo», el presidente de la Conferencia Episcopal Alemana recordó que «aunque en nuestro país muchas personas ya no viven en la fe cristiana, para casi todos la Navidad conserva un sentido».
Así lo expresó el cardenal Lehmann, obispo de Maguncia, –en declaraciones recogidas por la agencia SIR — a la vez que afirmó tener «la impresión de que esta manipulación puede aumentar cada vez más». «Ya no se conocen límites», observó.
«La Navidad es ciertamente la fiesta cristiana de la que más se abusa, la que más se seculariza y se vacía de significado», denunció. «Para muchos coincide con la gran feria de los negocios, en los que un mundo consumista celebra el momento relevante del año».
Si no, la Navidad «parece ser un sentimiento de devoción barata, en donde emerge una vaga nostalgia de recuerdos de infancia, un regreso a una patria ya desplomada, lejana y perdida», constató el purpurado.
Aunque contra estas tendencias no hay soluciones fáciles, sin embargo «por lo menos cada uno, y especialmente las familias, pueden ir contra la corriente», explica el cardenal Lehmann. Para ello, subraya, «la Iglesia nos ayuda con el año litúrgico y con muchas prácticas».
«Durante el Adviento se debe aprender a saber esperar», explica Lehmann invitando a los fieles a prepararse a las fiestas cristianas. «Su secreto es profundo: lo demuestran muchos siglos. Y permiten siempre una conversión, invitándonos a ella: nunca es demasiado tarde», concluye.