Este sábado, el pontífice pidió «multiplicar los esfuerzos» a favor de la paz, pues «no nos podemos detener ante los ataques del terrorismo, ni ante las amenazas que se alzan en el horizonte».
«Es, por tanto, cada vez más urgente anunciar el «Evangelio de la paz» a una humanidad tentada fuertemente por el odio y la violencia», afirmó el Santo Padre al encontrarse con sacerdotes y obispos amigos de la Comunidad de San Egidio, movimiento católico surgido en Roma en 1968.
«No hay que resignarse, como si la guerra fuera inevitable», insistió. La paz, aseguró, requiere «reconocer en el otro a un hermano al que hay que amar sin condiciones. Esta es la senda que conduce a la paz, un camino de diálogo, de esperanza, y de sincera reconciliación».
«La paz no es tanto cuestión de estructuras, como de personas», añadió el Papa. «Gestos de paz se dan en la vida de personas que cultivan en su propio ánimo constantes actitudes de paz».
El segundo llamamiento lo lanzó antes de rezar este domingo a mediodía la oración mariana del «Angelus» junto a varios miles de peregrinos.
El Papa constató que «estos momentos de preocupación internacional» «nos inducen a pensar que sólo una intervención de lo Alto puede hacer esperar en un futuro menos oscuro».
Por este motivo, alentó las numerosas iniciativas de oración por la paz que tienen lugar en diferentes ciudades, recomendando en particular el rezo de la oración del Rosario.
«No se puede recitar el Rosario sin sentirse implicados en un compromiso concreto de servir a la paz», concluyó.