La aclaración del portavoz vaticano Joaquín Navarro-Valls tiene lugar después de que en Ulan Bator se anunciara la posibilidad de que el Papa pueda viajar a ese país.

Según ha informa «Radio Vaticano», el nuncio apostólico en la República, el arzobispo Giovanni Battista Morandini, y el director de Información del Ministerio de Asuntos Exteriores del país revelaron en una rueda de prensa concedida en Ulan Bator la posibilidad de una visita papal.

En la rueda de prensa, añade la emisora de la Santa Sede, se reveló que el sacerdote monseñor Renato Boccardo, jefe de Protocolo vaticano con encargos especiales, se encuentra actualmente en Mongolia para estudiar el posible programa, así como las fechas.

Según ha explicado Navarro-Valls en un comunicado oficial, el presidente de la República de Mongolia Natsagiyn Bagabandi invitó al Santo Padre a viajar al país cuando visitó el Vaticano, el 5 de junio de 2000. El motivo de la visita pontificia sería «la inauguración de la catedral católica en la capital».

«No existe por el momento ni un programa ni una fecha para el posible viaje del Santo Padre», aclara Navarro-Valls.

República asiática situada entre Rusia y China, Mongolia cuenta con unos 2.600,000 habitantes, de los cuales el 96% son budistas, y el 4% musulmanes.

Tiene una de las comunidades católicas más pequeñas del mundo, que ha comenzado a surgir tras el final del régimen comunista en los años noventa. En estos momentos cuenta con unos cien católicos, que dependen de la prefectura apostólica de Ulan Bator, con una parroquia, siete sacerdotes y unas quince religiosas.

Mongolia y la Santa Sede entablaron relaciones diplomáticas en 1997.

Científicos españoles contra la campaña sobre células madre embrionarias

MADRID, 28 febrero 2003 (ZENIT.org).- El Comité asesor de la plataforma «Hay Alternativas», formado por 25 catedráticos, miembros de las Reales Academias Nacionales de Medicina y Farmacia, científicos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), e investigadores del más alto nivel, han expresado su «profundo malestar –afirma su portavoz, Rafel Rubio– por la insistencia del Partido Socialista en prometer la panacea terapéutica con células madre procedentes de la destrucción de embriones humanos vivos».