«Que el espectro de la guerra que lleva a la muerte deje el puesto a la gozosa alabanza al Señor de la vida», deseó el pontífice tras concluir su meditación sobre el Salmo 150.
«Sí –añadió dirigiéndose a los 700 polacos presentes en el encuentro–, la vida humana es un maravilloso motivo para alabar a Dios».
Juan Pablo II repitió ante un total de 10.000 peregrinos presentes en la Sala de las Audiencias del Vaticano su invitación a las familias, comunidades, y parroquias a emprender «la gran obra de la oración» durante el Año del Rosario.
«Que esta oración traiga a todos muchas gracias. Que sobre todo traiga al mundo el don de la paz», concluyó.
El obispo de Roma convocó el pasado domingo para el próximo 5 de marzo, Miércoles de Ceniza, una Jornada mundial de oración y ayuno por la paz.