ROMA, 30 marzo 2003 (ZENIT.org).- Los centros de Cáritas en Basora han confirmado que más del 50% de sus reservas de material de ayuda de emergencia ha sido ya utilizado para socorrer a los damnificados por la guerra en Irak.
En esta ciudad del sur del país, los 25 trabajadores locales de la red Cáritas siguen velando para prestar asistencia humanitaria a los afectados.
Aunque ha logrado restablecerse el suministro de agua a la mitad de la población de Basora, se mantiene el riesgo de infecciones sobre la población de las zonas urbanas que no disponen todavía de acceso al agua potable, interrumpido por los bombardeos desde el pasado 21 de marzo.
Mientras tanto, en el norte de Irak, el personal de Cáritas en la zona sigue registrando nuevos movimientos de población.
El sábado, según la información proporcionada por la Iglesia asiria en Duhok, numerosos grupos procedentes del centro del país se han asentado en varias localidades de la región.
Muchos de estos desplazados han sido acogidos por familias locales, mientras que otros han sido ubicados en escuelas y mezquitas.
Asimismo, responsables de la diócesis caldea de Zakho han asegurado al personal de Cáritas que varios cientos de familias procedentes de Bagdad han llegado en los últimos días a la zona, donde están siendo acogidos en iglesias, mezquitas y centros escolares.
Los equipos de Cáritas en Zakho y Duhok han comenzado a coordinarse con los obispos asirio y caldeo para prestar ayuda humanitaria a estas personas desplazadas a causa de la guerra.