MURCIA, 2 marzo 2003 (ZENIT.org).- Ante más de cuarenta representantes diplomáticos, el arzobispo Manuel Monteiro de Castro, nuncio apostólico en España, afirmó que la paz sería posible «si se aplicaran sinceramente los acuerdos firmados entre los pueblos y el Derecho internacional» al plantar el árbol de la paz en la Universidad Católica de San Antonio de Murcia (UCAM).

El acto de plantación del olivo centenario con tierra de más de ochenta países, traído desde el huerto de Getsemaní (Jerusalén), fue presidido por el nuncio en calidad de decano del cuerpo diplomático.

La ceremonia debe enmarcarse, según José Luis Mendoza, presidente de la UCAM, «dentro de la llamada del Santo Padre a que se realicen gestos significativos por la paz».

Entre la presencias y ausencias, cabe destacar que Irak no participó en el acto, mientras que Estados Unidos envió tierra para plantar el árbol. Sí participaron con representación diplomática Cuba, China, la República de Corea, Bosnia-Herzegovina, Israel y la Autoridad Nacional Palestina.

Haciendo referencia a la presencia del jefe de la legación palestina y del delegado político israelí, Mendoza recordó la trágica situación de Oriente Medio.

«Ustedes están aquí presentes junto con su pueblo --afirmó el presidente--. Seguramente en el momento de echar la tierra han recordado la trágica situación de sus respectivos países. Quiero que sepan que esta Universidad hace votos por la paz en esa tierra. Proponemos una nueva cultura de la paz, con el salmo que dice: Busca la paz y corre tras ella».

El obispo de Cartagena y Gran Canciller de la Universidad, monseñor Manuel Ureña, recordó que «el verdadero árbol de la paz lo ha plantado Dios. Para llegar a la verdadera paz es necesaria la conversión del corazón».

Por su lado, el consejero de obras públicas del gobierno de Murcia, Joaquín Bascuñana, del Partido Popular, afirmó «todos queremos la paz y esperamos que la razón se imponga».