GULU, 31 marzo 2003 (ZENIT.org).- Los rebeldes del «Ejército de Resistencia del Señor» (LRA) han confirmado por escrito a la asociación interreligiosa más importante del norte de Uganda el «alto el fuego» unilateral inmediato.
En su carta a la «Iniciativa para la Paz de los Líderes Religiosos de la región Acholi» (ARLPI, «Acholi Religious Leaders’ Peace Initiative»), los rebeldes solicitan además la apertura de negociaciones con el gobierno para poner fin al conflicto armado que desde hace más de dieciséis años convulsiona el norte del país.
La secretaría de la ARLPI trasladó el contenido de la misiva a la Agencia Misna el sábado pasado, subrayando que se trata de la primera vez que las propuestas de paz de los rebeldes constan por escrito.
En el documento –firmado por uno de los más importantes dirigentes del movimiento armado–, se pide al gobierno que declare una tregua análoga y permita que, antes del encuentro entre una delegación de los rebeldes y otra del gobierno, se celebren reuniones entre los hombres del LRA y algunos líderes religiosos y locales que hasta el momento han desempeñado el delicado papel de mediadores.
La carta, entregada el viernes pasado al principal líder tradicional acholi –Joseph Ojuak–, al día siguiente se puso a disposición del arzobispo de Gulu y presidente del ARLPI –monseñor John Baptiste Odama–, quien la envió poco después al general Salim Saleh (hermano del presidente ugandés Yoweri Museveni), portavoz de la Comisión de Paz encargada por el gobierno del desarrollo de las negociaciones para una solución pacífica.
«Recibo con satisfacción el documento al que el gobierno ugandés responderá lo antes posible», declaró el general Saleh.
«La situación es tan desesperada que todo pequeño signo de apertura es bienvenido –subrayó el padre Carlos Rodríguez Soto, secretario de la ARLPI–. La gente del norte de Uganda vive desde hace demasiados años una violencia absurda y necesita paz y esperanza».
Dirigidos por Joseph Kony, los «olum» del LRA («hierba» en lengua Acholi, como se conoce a estos guerrilleros) luchan desde hace más de dieciséis años contra el gobierno, sembrando inseguridad y muerte en los distritos del norte de Uganda.
El Ejército de Resistencia del Señor lucha con las armas por la creación de un Estado basado en la observancia de pretendidos conceptos «bíblicos». Para alcanzar este objetivo, sin embargo, no han dudado en emprender acciones criminales contra la población civil.