El sismo ha provocado un balance provisional de 122 muertos y más de 500 heridos. A mediodía del viernes, 36 estudiantes continuaban desaparecidos después de que 117 fueran rescatados y 45 encontrados muertos. Los niños, de siete a 16 años, eran principalmente hijos de campesinos kurdos.
En un mensaje enviado por el cardenal Angelo Sodano, secretario de Estado, el Papa afirma que «se une con la oración a todas las personas afectadas por este nuevo drama», que se suma al de otros terremotos que han tenido lugar en Turquía recientemente.
El Santo Padre «encomienda a la misericordia de Dios Todopoderoso a todos los que han encontrado la muerte en esta catástrofe» y «pide a Dios que sostenga a los heridos y a las familias que han perdido familiares y bienes».
Asimismo «alienta a los que trabajan en las tareas de rescate, que a veces arriesgan su vida, a que hagan todo lo posible por buscar y socorrer a los supervivientes».