En un telegrama enviado por el cardenal Angelo Sodano, secretario de Estado, al nuncio apostólico en Marruecos, el arzobispo Domenico De Luca, el Papa asegura sus oraciones por las víctimas y sus familiares.

Al mismo tiempo, la misiva «denuncia una vez más la ciega violencia que golpea a los inocentes» y pide «al Omnipotente que ilumine las conciencias y sostenga los esfuerzos de los hombres de paz».

Por último, «en esta dolorosa circunstancia, el Papa asegura al pueblo marroquí y a sus dirigentes su profunda simpatía».