CIUDAD DEL VATICANO, 6 mayo 2003 (ZENIT.org).- Juan Pablo II ha enviado un mensaje de pésame al tener noticia del asesinato en Colombia por parte de guerrilleros de un gobernador, un ex ministro de Defensa y ocho militares secuestrados, durante un fallido intento de rescate.
La Presidencia de Colombia informó este lunes que los cadáveres del gobernador del departamento de Antioquia, Guillermo Gaviria, de 41 años; del ex ministro Gilberto Echeverri, de 66, y de los militares fueron hallados en una zona selvática del municipio antioqueño de Murindó, 400 kilómetros al noroeste de Bogotá.
«Algunos de los rehenes fueron encontrados con un tiro de gracia en la nuca o detrás de la oreja», dijo un comunicado de la Presidencia.
Según un telegrama enviado por el cardenal Angelo Sodano, secretario de Estado, Juan Pablo II «ha recibido con hondo pesar la triste noticia del execrable atentado» y «expresa una vez más enérgica reprobación por los actos de terrorismo que atentan la pacífica convivencia y ofenden los sentimientos más profundos del ser humano».
«Su Santidad –continúa el mensaje pontificio–, mientras ofrece sufragios por el eterno descanso de los fallecidos y eleva plegaria para que Dios conceda su consuelo e inspire sentimientos de concordia a cuantos lloran las trágicas consecuencias de la violencia», transmite su más sentido pésame a los familiares de las víctimas.
Por último, el telegrama papal alienta «al pueblo colombiano a proseguir en su camino hacia la ansiada pacificación»
Aunque el gobierno aseguró que durante la operación –en la que participaron 75 militares que desembarcaron de helicópteros– no hubo combates ni disparos de las tropas, las FARC afirmaron que las muertes ocurrieron en medio de un enfrentamiento y culparon del hecho al gobierno.
Unas 3.000 personas fueron secuestradas el año pasado en Colombia, lo que hace que este país sea el que padece el mayor número de secuestros del mundo.
El 70% de estos secuestros son atribuidos a las FARC, la más antigua y numerosa guerrilla izquierdista del continente con unos 17.000 combatientes.
Colombia, con más de 40 millones de habitantes, es desangrada por un conflicto interno de casi cuatro décadas, que deja miles de muertos al año.