Esta fue uno de los mensajes centrales que lanzó en su quinta visita apostólica a España del fin de semana pasado, según reconoció en la audiencia general de este miércoles al hacer un balance de ese viaje con varios miles de peregrinos que participaron en la audiencia general.
«Invité a los jóvenes a ser cada vez más hombres y mujeres de sólida vida interior, contemplando asiduamente, junto a María, a Cristo y sus misterios», recordó.
«Precisamente ahí está el antídoto más eficaz contra los riesgos del consumismo, a los que está sometido el hombre de hoy», añadió.
«Ante las insinuaciones de los valores efímeros del mundo visible, que presenta un cierto tipo de comunicación mediática, es urgente contraponer los valores duraderos del espíritu, que sólo se pueden alcanzar recogiéndose en la propia interioridad a través de la contemplación y la oración», afirmó.
Según el Papa, en la vigilia de Cuatro Vientos, el sábado por la tarde, en la que participaron al menos 700.000 chicos y chicas, pudo constatar que «los jóvenes en medio de sus coetáneos saben convertirse cada vez más en protagonistas de las nueva evangelización, dispuestos a entregar sus propias energías al servicio de Cristo y de su Reino».