Estas diferencias se evidenciaron este miércoles en una mesa redonda sobre «María en las Iglesias», organizada por al Cátedra «Mujer y Cristianismo» de la Pontificia Facultad Marianum en Roma.
Vladimir Zelinski, miembro de la Iglesia Ortodoxa Rusa y profesor de la Universidad de Florencia, se refirió a María como «el único ser que está entre lo creado y lo no creado» y dijo que para los ortodoxos rusos «toda oración a Dios es también una oración a María».
Para la Ortodoxia, expuso, «María es omnipresente en la oración, la liturgia, la iconografía y sobretodo en la Eucaristía: está siempre al lado de su hijo».
Giancarlo Bruni, docente de teología ecuménica en la Facultad Pontificia «Marianum», explicó que las manifestaciones en su relación de los católicos con María varía según la geografía y las sensibilidades.
Si bien reconoció que en el pasado se habían dado excesos, hoy, apuntó, «asistimos a una mariología de la normalidad: se acoge María dentro de la experiencia judeocristiana que comprende la llamada del Alto».
Para el representante del catolicismo, «María es el lugar en el cual el Padre, por medio del Hijo, único mediador, continua a consolar y dar gracia».
Por otra parte, el pastor protestante Fulvio Ferrario recordó que en el protestantismo «María es importante siempre que ayude a entender mejor el carácter central de Jesucristo, único mediador».
El profesor de la Facultad Valdesa de Teología (protestante) recordó que «los padres de la Reforma, de Lutero a Zwingli, escribieron muchas páginas sobre la Virgen María, siempre en contexto cristológico, es decir, siempre que el discurso de María tuviera algún significado relacionado con Jesucristo».
«En la Reforma aceptamos la virginidad de María en el nacimiento de Cristo y consideramos que los llamados “hermanos de Jesús” son sus primos», apuntó.
«Se reza con María, como María, pero no se reza a María», aclaró Ferrario, subrayando que en los reformados no existen mediadores entre Dios y la humanidad, sólo Jesucristo.
Cettina Militello, directora de la cátedra «Mujer y Cristianismo», enmarcó el acto en la necesidad de «dar más espacio a María en el marco de la cátedra dedicada a ahondar en la relación mujer y cristianismo».