El 4 de mayo, el portavoz de la Santa Sede, Joaquín Navarro-Valls, había mencionado la posibilidad de que el Papa hiciera escala en la ciudad de Kazan (capital de la República autónoma rusa de Tatarstán, a 800 kilómetros al Este de Moscú), de camino a Mongolia, meta final de un viaje que podría realizar este verano.
«Está en curso un diálogo para ver si es posible efectuar este viaje», afirma este domingo el cardenal Angelo Sodano, en una entrevista concedida al diario italiano Avvenire.
«La imagen de la Virgen de Kazan es impresionante –confiesa–. Yo la veo con frecuencia al entrar en el despacho del Santo Padre: está precisamente frente a la mesa de trabajo del Papa, que la venera con particular devoción».
«María es Madre de toda la Iglesia y, por tanto, también de Rusia –concluye el cardenal italiano–. Es bello pensar que será ella quien haga posible el encuentro del Papa con la tierra rusa. Como decía, el diálogo todavía está en curso. Veremos».
El icono, al que los fieles ortodoxos atribuyen capacidades milagrosas, había salido de Rusia en circunstancias desconocidas en tiempos del comunismo. Fue comprado por un grupo vinculado a Fátima, «La Armada Azul», a un noble inglés y después fue donado al pontífice para que pudiera ser restituido.
