«Entre las muchas regiones del mundo privadas del fundamental bien de la paz, desde hace demasiado tiempo tenemos que incluir por desgracia a Tierra Santa», afirmó el Papa en su discurso.
«Deseo expresaros, obispos italianos, mi vivo aprecio por la iniciativa de enviar allí a una representación vuestra, después de Pascua, para llevar un testimonio de solidaridad concreta en particular a las comunidades que viven allí y afrontan condiciones de gravísima dificultad», aclaró.