Musulmanas y cristianas buscan «estrategias de esperanza»

En un seminario interreligioso cristiano-musulmán en Roma

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ROMA, 21 mayo 2003 (ZENIT.org).- Anita Mir, periodista paquistaní de la Organización Musulmana para Mujeres y Donna Orsuto, consultora del Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso, se mostraron ayer de acuerdo, como mujeres creyentes, para crear «estrategias comunes de esperanza».

En el seminario celebrado en Roma por el Sedos (Servicio de Documentación e investigación) sobre el diálogo interreligioso, Anita Mir expuso su visión del fundamentalismo, al que conoce de cerca pues, como explicó, «he entrevistado a muchos fundamentalistas, y en todos ellos he visto el miedo a los otros, la implacabilidad, la falta de imaginación en un futuro y una nostalgia de un pasado que tal vez ni existió».

Esta periodista musulmana explicó que hay diferentes concepciones de la mujer en el Islam: «para algunas la religión es un impedimento para su liberación; para otras, sin embargo, el Islam no es un factor de opresión sino de promoción».

Para Anita Mir, es vital que las mujeres musulmanas y las cristianas se alíen para «generar ideas que comporten esperanza y destierren los fundamentalismos: estos odian al mondo, y nosotras lo amamos», concluyó, invitando al diálogo a todos, hombres y mujeres.

Donna Orsuto, que dirige el centro laico «Foyer Unitas» y el «Institute Vincent Pallotti» de Roma, centró su discurso en «continuar esta idea de favorecer la esperanza».

Para dialogar, apuntó, «es necesario conocerse: como decía Aristóteles, la amistad requiere tiempo. Yo añadiría que el diálogo también».

En este sentido, hizo saber que Anita Mir y ella, que no se conocían, han estado intercambiando mensajes electrónicos durante el mes previo a su encuentro, para irse conociendo y evitar los prejuicios.

Donna Orsuto, profesora de la Universidad Gregoriana de Roma, constató que «la gente tiene miedo: las circunstancias externas de guerra, inseguridad y ansia nos crean inseguridad», pero por otra parte, confesó que esta situación «hace que recemos más y nos sintamos más cercanos a Dios».

«El miedo nos vuelve agresivos o nos paraliza», dijo Orsuto, que para superar este bloqueo recomendó el conocimiento del otro y subscribió las palabras de Mir: «Debemos vivir con esperanza a pesar de los miedos».

«Afrontar el miedo es uno de los grandes retos para la fe», apostilló Orsuto.

«El fundamentalismo no es solo un problema musulmán, también se da entre cristianos», recordó.

Orsuto finalizó apelando a la «responsabilidad individual» de cada uno para contribuir a ofrecer esperanza a un mundo que la necesita con urgencia.

Estos pequeños gestos, sugirió, podrían ser intercambios académicos, participación en actos comunes, interés por el otro y sobre todo convivencia.

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ZENIT Staff

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