MADRID, 23 mayo 2003 (ZENIT.org-VERITAS).- El Director General de Asuntos Religiosos del Ministerio de Justicia de España, Alberto de la Hera, dijo ayer en Sevilla que la sociedad española del siglo XXI es más bien «indiferente» ante el tema religioso, lo cual «no es positivo para el hombre».
Alberto de la Hera hizo esta afirmación durante su intervención en el XIV Simposio de Historia de la Iglesia en España y América, celebrado bajo la presidencia del arzobispo de Sevilla, monseñor Carlos Amigo, y el nuncio de Su Santidad en España, monseñor Manuel Monteiro de Castro, según informa Odisur.
«El Estado tiene definidas sus relaciones con la Santa Sede a través del Concordato, y la libertad religiosa es un derecho contenido en el artículo 16 de nuestra Constitución», dijo de la Hera, y negó por ello «que existan privilegios o excesos por parte de la Iglesia».
Respecto a la composición actual de las confesiones religiosas en España, el Director de Asuntos Religiosos dijo que hay un 85 % de católicos declarados, un 10 % de agnósticos y ateos, y un 5 % de no católicos. De estos últimos medio millón son musulmanes, otro medio millón protestantes y veinte mil judíos, aparte de otros grupos menores.
El Nuncio de Juan Pablo II en España, el arzobispo Manuel Monteiro de Castro, reflexionó en la clausura del Simposio en la reciente visita del obispo de Roma a España y aclaró: «el Papa arrastra porque es el Papa, pero el Papa convoca a multitudes porque es santo».
«Han transcurrido sólo quince días desde que nos hemos beneficiado de modo inmediato y físico de la santidad del Papa –añadió–. Porque creo que ésta es la consideración esencial acerca de las 30 horas que le tuvimos entre nosotros».
El Nuncio dijo que «a los cristianos nos basta el hecho de que sea el Sucesor de San Pedro en la sede episcopal de Roma para sentir con fe el impulso del Vicario de Cristo», «pero es que, además, estamos ante un Papa extraordinariamente santo», añadió.
«Me atrevería a decir, para ser más gráfico, ante un Papa palpablemente santo, tangiblemente santo», subrayó.
El prelado expresó su convencimiento de que su experiencia sobre la santidad del Papa era «compartida por los cientos de miles de personas –jóvenes y menos jóvenes– que llenaban el aeródromo de Cuatro Vientos o el Paseo de la Castellana de Madrid».
«Sólo la santidad puede hacer cambiar el mundo». Recordando palabras de san Josémaría Escrivá dijo: «Estas crisis mundiales son crisis de santos».
