«La decisión muestra todo el desacuerdo existente entre el gobierno social-demócrata, que redactó el documento, y uno pequeña representación política que provoca el aislamiento del país en el contexto de los países del antiguo bloque oriental que han resuelto --todos ellos-- la relación Iglesia-Estado», explicó Herman.

«De acuerdo con la información procedente del Parlamento --continuó--, parece evidente que en esta decisión ha pesado una gran dosis de ignorancia, especialmente en lo relativo al Derecho Canónico y al carácter internacional de la Iglesia católica», recogió la agencia Sir .

La decisión del Parlamento también puede haber estado influida, según el portavoz del episcopado checo, por los «prejuicios siempre vivos desde la época del régimen comunista».

El acuerdo establecía, entre otros puntos, «el reconocimiento recíproco de la personalidad jurídica internacional, el respeto de la libertad religiosa y el derecho de la Iglesia a ejercer libremente su misión apostólica».

Asimismo, contemplaba «la enseñanza de la religión católica en las escuelas, colegios y centros de preescolar, el compromiso a colaborar en la protección y en la conservación cultural de la República Checa y la solución de las cuestiones relativas a los bienes patrimoniales de la Iglesia católica».