Según datos oficiales, unas 250 personas han fallecido a causa de las inundaciones. El elevado nivel de las aguas y derrumbes de tierra arrollaron la semana pasada varios pueblos en el sur de la isla, golpeando seriamente las cosechas de arroz y té.
«Hace falta comida y agua potable», afirma monseñor Gomis en su llamamiento publicado por «Radio Vaticano», así como reconstruir las casas cuando se retiren las aguas.
Por este motivo, el prelado invita a los sacerdotes a involucrar al mayor número de fieles en «este momento de necesidad». Varias parroquias ya han respondido al llamamiento organizando la recogida de material de construcción.
Cáritas y otras agencias católicas han destinado ya 14.000 dólares para hacer llegar a los damnificados ayuda de primera necesidad.