KITGUM, 29 mayo 2003 (ZENIT.org).- Ante la permanente violencia que ensangrienta el norte de Uganda, y denunciando un conflicto «olvidado» por la prensa internacional, un misionero ha dirigido un llamamiento a la Iglesia para pedir oración.
Contactado telefónicamente, el padre Tarsicio Pazzagia, misionero comboniano de 69 años de la parroquia de Kitgum –archidiócesis de Gulu–, describió uno de los momentos más difíciles de la guerra civil que castiga en particular los distritos de la etnia «Acholi»: Gulu, Kitgum y Pader.
«Cada día, insisto, cada día, se registran emboscadas de los rebeldes contra la pobre gente», explicó a la agencia misionera Misna . El sacerdote relató el ataque perpetrado el martes en Lanyatido, una localidad del distrito de Pader, a cinco kilómetros al sur de la misión católica de Pajule.
«Una camioneta fue interceptada por los rebeldes del LRA (Ejército de Resistencia del Señor). El conductor logró huir milagrosamente, pero algunos pasajeros resultaron heridos por arma de fuego», relató.
El padre Pazzaglia confesó su gran impotencia ante una situación que degenera de día en día. «La nuestra es una guerra olvidada, una guerra que no está bajo los focos de la prensa internacional, cuyo elevado coste en vidas humanas lo pagan ancianos, mujeres y niños».
Numerosos menores han sido secuestrados este año por el LRA con el intento de hacer de ellos «niños-soldado». La misión del padre Pazzaglia, en Kitgum, es meta de «continuas peregrinaciones de desplazados que piden alimento, ropa de abrigo y medicinas. Gente que huye de la muerte», aseguró.
«Pido a la Iglesia en Italia oraciones, porque aquí, en el norte de Uganda, en todos estos años de violencia han sido muchas las promesas de los políticos para solucionar esta crisis, pero no ha habido resultados concretos», subrayó el padre Pazzaglia.
«Sólo los líderes religiosos –católicos, protestantes y musulmanes— se han alineado decididamente a favor de la paz», confirmó el misionero.
«Cada vez estoy mas convencido de que la oración de intercesión es la única arma que tenemos, junto con la solidaridad evangélica, parea devolver la esperanza a nuestro pueblo. ¡Rezad por nosotros!», concluyó.
Dirigidos por Joseph Kony, los «olum» del LRA («hierba» en lengua Acholi, como se conoce a estos guerrilleros) combaten desde 1989 contra el actual presidente –Yoweri Museveni–, quien asumió el poder en 1986 derribando una junta militar formada en gran parte por oficiales Acholi.
El «Ejército de Resistencia del Señor» lucha contra el gobierno por la creación de un Estado basado en la observancia de pretendidos conceptos «bíblicos». Para alcanzar este objetivo, sin embargo, no dudan en emprender acciones criminales contra la población civil sembrando la inseguridad y la muerte en los distritos del norte de Uganda.