CIUDAD DEL VATICANO, 29 mayo 2003 (ZENIT.org).- Juan Pablo II ha enviado un mensaje para alentar la misión urbana que del 23 de mayo al 1 de junio se celebra en Viena (Austria) y que inaugura una serie de iniciativas de evangelización sin precedentes que se celebrarán en otras tres grandes ciudades europeas.
En una misiva, dirigida al arzobispo de la ciudad, el cardenal Christoph Schönborn, el Papa pide a los nuevos «misioneros», en su mayoría laicos, que animan la iniciativa «dar un testimonio claro y atractivo de la fuerza y de la belleza de fe católica».
Con la misión de Viena comienza una serie de innovadores congresos internacionales para la evangelización que tendrán lugar después en París (del 23 de octubre al 1 de noviembre de 2004), en Lisboa (en 2005) y en Bruselas (en 2006).
La iniciativa surge de los arzobispos de esas ciudades: además del cardenal Schönborn, los cardenales Godfried Danneels (Malinas-Bruselas), Jean-Marie Lustiger (París), y José da Cruz Policarpo (patriarca de Lisboa).
La esperanza confesada por el Papa en la misiva, enviada en su nombre por el cardenal Angelo Sodano, secretario de Estado vaticano, es que «estos centros de población importantes para sus países y para toa Europa brillen con un nuevo resplandor en sus esfuerzos hacia la santidad y el amor de sus habitantes por Dios y los hombres».
El Papa invita a los misioneros a «tener un profundo amor por las personas y familias que encontrarán. La humanidad tiene necesidad de Dios, de su amor y de su perdón, que nos ofrece en Jesucritsto».
En particular, recomienda estar cerca «de las familias que tienen que afrontar dificultades ya sea en el campo de la fe, en su vida de pareja o en su existencia crucificada por el sufrimiento».
«Cada familia debe reconocer en vuestros gestos y palabras un signo de la proximidad de la misericordia divinas», concluye.
La misión que se realiza en Viena busca invitar a sus habitantes a redescubrir la fe católica en la calle, en los bares, en las escuelas, en las tiendas, gracias a diferentes actividades realizadas por católicos de Viena, y por 400 católicos venidos de otros países de Europa.
Coordinada por la Comunidad del Emmanuel y por la Katholische Aktion de Viena, tiene por lema «Abrid las puertas a Cristo».
