Según la nota, los obispos condenan «con toda firmeza este nuevo atentado terrorista que supone por parte de sus autores el desprecio a la Ley de Dios, a la Sociedad y a la vida humana».
Asimismo, recuerdan las palabras del Santo Padre en España, invitan «a los creyentes a pedir con insistencia a Dios el don de la paz, que ante todo es don de Dios, y a construirla entre todos mediante la conversión interior».
«Invitamos también a todos a ser «operadores y artífices de paz», testimoniando con la propia vida que «las ideas no se imponen, sino que se proponen» y que ninguna demanda o reivindicación se puede defender con el asesinato», afirman los prelados.
Por último, la nota cita la reciente Instrucción Pastoral «Valoración moral del terrorismo en España, de sus causas y de sus consecuencias» de la Conferencia Episcopal para pedir «a todas las personas de buena voluntad que permanezcan cercanas «a quienes han sufrido los zarpazos del terrorismo y a que sientan como propia la preocupación de los que viven en un estado constante de amenaza o de presión violenta» prestándoles apoyo y protección».
En el atentado murieron Bonifacio Martín Hernando y Julián Envit Luna y ha causado gravísimas heridas a Ramón Rodríguez Hernández, todos ellos miembros de la Policía Nacional, así como a Carlos Gallo, trabajador de Telefónica.