El relativismo, peligro para la democracia; afirma monseñor Bertone

El arzobispo de Génova explica el documento vaticano sobre política

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RÍMINI, 28 agosto 2003 (ZENIT.org).- La ética garantiza la auténtica vida democrática y explica los motivos que han llevado a la Santa Sede a pronunciarse sobre estos argumentos en los últimos meses.

Así lo ha explicado el arzobispo de Génova, monseñor Tarcisio Bertone, hasta hace pocos meses secretario de la Congregación para la Doctrina de la Fe, al intervenir en el Meeting por la amistad entre los pueblos que organiza el movimiento Comunión y Liberación en Rimini (Italia) del 24 al 30 de agosto.

El prelado ilustró la Nota doctrinal sobre algunas cuestiones relativas al compromiso y la conducta de los católicos en la vida política publicada el 16 de enero pasado por la Congregación para la Doctrina de la Fe, presidida por el cardenal Joseph Ratzinger.

«En esta Nota la Iglesia ofrece su palabra, convencida de ofrecer una concepción del ser humano como criatura, que se fundamenta en la ley natural para apoyar una sociedad de personas iguales, libres y solidarias», explicó.

«El documento –aclaró el arzobispo salesiano en una rueda de prensa– afronta formas democráticas de gobierno: la democracia no puede prescindir de los principios fundamentales de la moral natural».

En definitiva, añadió, el texto busca «fundamentar las decisiones democráticas sobre principios morales fundamentales, no confesionales, basados en la unidad moral y política».

Cuando estos criterios morales no se tienen en cuenta, consideró, se lleva a «disponer de la vida del hombre como de un producto».

«Se da el riesgo –por tanto– de una forma de poder absoluto» de los poderosos, o de científicos, o de quienes poseen más medios.

«La libertad política no puede basarse en la idea relativista, según la cual, todas las concepciones del bien del ser humano tienen el mismo valor», insistió el prelado que participó en la redacción del documento.

«El cristiano está llamado a disentir de una concepción del pluralismo en clave de relativismo moral, nocivo para la misma vida democrática, que por el contrario necesita fundamentos verdaderos y sólidos», que «no son negociables», recalcó.

Por lo que se refiere a los políticos que se dicen «católicos», monseñor Bertone distinguió entre los que «coherentemente defienden la vida y la familia y los que, por el contrario, distinguen entre lo público y lo privado», para vivir en sus vidas una especie de «compromiso» o acuerdo político.

Invitó por tanto a los políticos católicos a vivir su compromiso con «profunda convicción interior» y «a profundizar en el conocimiento de los problemas de fondo».

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ZENIT Staff

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