La decisión de Bush amplia la orden de marzo de 2001 que afectaba sólo a la ayuda de la Agencia Estadounidense para el Desarrollo Internacional (USAID) a organizaciones extranjeras no gubernamentales que apoyan el aborto.
La Casa Blanca ha explicado que la medida no afecta a los fondos ya distribuidos en el ámbito del plan de lucha contra el sida de 15.000 millones de dólares.