En total, 80 países votaron a favor de una «moción de no acción», que suponía aplazar cualquier decisión, mientras que 79 votaron en contra y 15 se abstuvieron.
La participación de 174 países, de los 191 que son miembros de la ONU, en la sesión celebrada en la Comisión de asuntos legales refleja el gran interés que suscita el asunto.
El asunto había sido planteado a la Asamblea General por Francia y Alemania, quienes pidieron a la ONU la redacción rápida de un tratado que prohibiera la clonación humana, que cuenta con el respaldo prácticamente unánime de la comunidad internacional.
Un grupo de países liderado por Bélgica, al que al final se sumaron 20 países, entre ellos Japón, Brasil, Sudáfrica y Gran Bretaña, abrió la división cuando propuso que se permitiera la así llamada clonación «terapéutica», es decir, la que crea y sacrifica embriones humanos con objetivos de investigación.
Costa Rica propuso la prohibición de toda clonación humana, por razones del respeto dignidad de la persona humana, alegando, además, que una vez que se abran las puertas a la clonación legal con objetivos de investigación será casi imposible evitar que en algún país del mundo no se clonen embriones humanos para ser reproducidos.
Esta propuesta recogió el consenso de al menos 60 países, aunque algunas delegaciones dijeron que de 100. Entre ellos, se encuentran Estados Unidos, España e Italia.
La Santa Sede apoyó esta moción con un documento que hizo girar entre las delegaciones y con intervenciones articuladas ante el comité.
La propuesta costarricense daba mandato a un comité especial para preparar una convención internacional contra la clonación humana.
En el debate antes de la votación, el diplomático iraní Mostafa Dolatyar presentó la moratoria del Tratado sobre la clonación como propuesta de la Organización de la Conferencia Islámica (OCI), aclarando que de este modo no se intentaba tomar una posición sino constatar la falta de consenso.
La diplomática española Ana María Menéndez consideró por su parte que es un error postergar una decisión que, sin embargo, por la gravedad de la materia, es «de carácter urgente».
La delegación de Uganda, que es miembro de la OCI pero que apoyó a Costa Rica, recordó que cuando Francia y Alemania introdujeron el tema de la clonación humana en la agenda de la Asamblea hace dos años subrayaron que era «muy importante» y había que abordarlo «antes de que se nos escapara de las manos».