«Por desgracia, incluso aquellos que han sido ordenados pueden ser víctimas en ocasiones de malsanas corrientes culturales o sociales que minan su credibilidad y que dificultan seriamente su misión», constató este lunes el Santo Padre.

«Como hombres de fe, los sacerdotes no deben caer en la tentación de que el poder o las ganancias materiales les distraigan de su vocación, ni permitir que las diferencias étnicas o de casta les aparten de su tarea fundamental de anunciar el Evangelio», añadió al encontrarse con el último grupo de obispos de la India que han realizado su visita «Ad limina apostolorum» al Papa y a la Curia Romana..

«Como padres y hermanos, los obispos deben amar a sus respectivos sacerdotes. Del mismo modo, los sacerdotes deberían y honrar a sus obispos --concluyó--. Vosotros y vuestros sacerdotes sois heraldos del Evangelio y constructores de unidad en la India. Las diferencias personales o de nacimiento nunca deben minar este papel esencial».