CIUDAD DEL VATICANO, 12 noviembre 2003 (ZENIT.org).- Juan Pablo II ha condenado con firmeza los atentados que están teniendo lugar en Irak y en particular el de este miércoles contra la base militar italiana en Nassiriya.
«Expreso la más firme condena por este nuevo acto de violencia que, sumándose a otros gestos feroces que han tenido lugar en ese atormentado país, no ayuda a la pacificación y al resurgimiento», afirmó el Santo Padre.
En el momento en el que la Oficina de Información de la Santa Sede hizo público el telegrama pontificio, dirigido al presidente de Italia, Carlo Azeglio Ciampi, los muertos en el atentado eran 22, 14 militares italianos y 8 iraquíes, según fuentes hospitalarias iraquíes. Se temía que el balance podría ser más sangriento.
«Al elevar mi ferviente oración por las víctimas, pido al Señor el consuelo cristiano para los familiares, de quienes me siento particularmente cerca en este momento de gran tristeza», añade el mensaje pontificio.
El obispo de Roma concluye pidiendo al presidente italiano su «solidaridad» a «los militares y a los civiles, comprometidos en la ardua tarea de servicio a esa población que tanto ha sufrido».
