CIUDAD DEL VATICANO, 16 noviembre 2003 (ZENIT.org).- Tras los dos sangrientos atentados de Estambul y los numerosos ataques terroristas en Irak, Juan Pablo II lanzó este domingo un llamamiento a superar el terrorismo y la violencia con el respeto de la vida y la solidaridad.
«Nadie puede ceder a la tentación del desaliento o de la venganza –afirmó el Santo Padre–: el respeto de la vida, la solidaridad internacional, el respeto de la ley tienen que prevalecer sobre el odio y la violencia».
El pontífice pronunció su llamamiento este domingo a mediodía al rezar la oración mariana del «Angelus» junto a varios miles de peregrinos reunidos en la plaza de San Pedro del Vaticano, que escucharon sus palabras pronunciadas con más claridad que en semanas precedentes.
La intervención papal tenía lugar tras una semana de dramáticos atentados. El día anterior, en Turquía, los atentados contra dos sinagogas judías de la capital turca acabaron con la vida de 23 personas. En ese mismo día, la colisión de dos helicópteros estadounidenses tras un ataque provocó la muerte de 17 soldados de ese país.
El miércoles, un coche-bomba estalló frente a un cuartel de los carabineros italianos en la población meridional iraquí de Nasiriya. La explosión mató a 33 personas, incluidos 19 italianos.
«Mientras sigo rezando por las víctimas, vuelvo a testimoniar mi cercanía espiritual a las muchas familias que lloran a sus difuntos –aseguró el Santo Padre–. Expreso al mismo tiempo profunda solidaridad a todos los que se comprometen para atender a los heridos y poner remedio a los males provocados».
Nada más recibir la noticia del atentado contra las sinagogas de Estambul, Juan Pablo II había enviado el sábado un telegrama para invitar «una vez más a los hombres y mujeres del mundo entero a movilizarse a favor de la paz y contra el terrorismo».
«La pertenencia religiosa no debe ser nunca fuente de conflictos, que ensangrientan y desfiguran a la humanidad», añadió el Santo Padre en su mensaje dirigido a la nación turca.