Margherita, esposa de Giuseppe Coletta, oficial de carabineros fallecido junto a otros 18 compatriotas en el ataque, participó este sábado en la audiencia que el Papa concedió a miles de peregrinos italianos enfermos y a sus asistentes.
El Papa saludó personalmente a Margherita y le besó en las mejillas, así como a su hija de dos años, que llevaba en brazos.
«Dios es grande incluso en el sufrimiento más duro», dijo después la mujer entre lágrimas a las personas que le rodeaban. La mujer había perdido hace años a un hijo de seis años de edad.