KAMPALA, 17 noviembre 2003 (ZENIT.org).- En el distrito de Lira, en el norte de Uganda, fueron asesinadas el jueves pasado ocho personas en el curso de un ataque perpetrado por miembros del rebelde «Ejército de Resistencia del Señor» (LRA).
Durante la emboscada fue asaltada la misión católica de Aloi, en los alrededores del pueblo del mismo nombre, a 18 kilómetros al noreste de Lira, según confirmó la agencia misionera Misna.
Los rebeldes entraron en los locales de la misión y los saquearon por completo. El párroco de Aloi, el padre Andrew Okeny, revelo que, después de abandonar la misión, estos miembros del LRA se encaminaron hacia el pueblo y en el camino asesinaron a ocho personas a golpe de machete.
El ataque de los milicianos concluyó con las primeras luces del alba. Fuentes de «Misna» advierten también la falta de intervención de una unidad móvil del ejército ugandés que se encontraba en los alrededores de la misión.
En el aspecto político, el presidente de Uganda, Yoweri Museveni, ha enviado a los medios de comunicación del país africano una carta en la que subraya «la intención del gobierno de dar muerte al líder del grupo rebelde, Joseph Kony».
La población de los distritos septentrionales de Uganda vive desde hace 18 años el azote del LRA, cuyos ataques se han traducido en el asesinato y tortura de miles de personas –se estima que los muertos se elevan a 100.000–, más de un millón de desplazados y el secuestro de 25.000 niños –8.400 en lo que va de año— reducidos a la esclavitud o enrolados a la fuerza en la guerrilla.
Así lo recordaron recientemente los líderes de ARLPI –organización interreligiosa presidida por el arzobispo de Gulu y dedicada a promover la paz en los distritos del norte, poblados por la etnia Acholi— al subsecretario general de la ONU para Asuntos Humanitarios, el noruego Jan Egeland, solicitando la ayuda urgente del organismo internacional para Uganda.
Por su parte, Jan Egeland reconoció –al término de su visita a la región, el 8 y 9 de noviembre– que «la situación humanitaria en el norte de Uganda es peor que en Irak o que en cualquier lugar del mundo».
«No hay ningún lugar en el mundo con una emergencia dramática como la de Uganda y que reciba una atención mínima a nivel internacional: es un atropello moral que se haga tan poco por las víctimas de este conflicto, especialmente los niños», declaró.
Mientras, los rebeldes del LRA –conocidos como «olum» o «hierba», en lengua acholi— siembran cada día muerte y destrucción en los distritos de Gulu, Kitgum, Pader, Lira, Apac, Katakwi y Soroti a las órdenes del visionario Kony, a sueldo del gobierno sudanés. Los últimos datos indican que el LRA avanza hacia el sur con el intento de destituir al presidente Museveni.
